El diagnóstico y sus elementos
La armonía y sus frutos
Como en la introducción explicaba, tenemos una relación sagrada que cuidar: nuestra unión con el Tao. Los frutos son la paz, el amor y la salud; la claridad, el equilibrio y la confianza.
Todo diagnóstico debe estar enfocado en la descripción de las características particulares de esa relación en cada individuo y de forma diferenciada, ya que la mayor parte de las enfermedades crónicas se alimentan de nuestros errores a lo largo del tiempo.
La necesidad del diagnóstico
Existen muchas categorías: desde las más generales hasta las más específicas; desde los sentimientos y pensamientos, hasta el cuerpo y todos sus complejos síndromes. Mundo y ser humano funcionan como un todo que puede dibujar, sin falla, el recorrido de una persona desde su separación de la Vida, hasta su más reciente dolor. Los ojos del médico experimentado ven languidecer a su paciente, que se debilita ante la ausencia del tacto del Chi y decae en enfermedades crónicas que requerirán tiempo y atención. Con paciencia toma el pulso para sentir la intensidad de la presión de la Vida. Observa la vitalidad en los ojos, cabello, piel y lengua para confirmar los información proporcionada durante el interrogatorio. Tras compartir reflexiones, se llega a un acuerdo y compromiso por ambas partes, cual permitirá decidir las técnicas de intervención y la duración del tratamiento.
Trabajo y Compromiso
Normalmente los cuadros agudos tipo: ansiedad, dolores recientes, lesiones deportivas, resfriados, etc., reciben tratamiento en un intervalo de tres semanas a tres meses, dependiendo de la gravedad y frecuencia de las sesiones. También la utilización conjunta de herbolaria y acupuntura aceleraría el proceso. El compromiso de un paciente en su recuperación es fundamental, quiero decir que si él trabaja también por recuperar la armonía, meditando y practicando "Chi Kung" por ejemplo, no sólo sanará antes, sino sus logros perdurarán en el tiempo de forma natural.
